Pronto hará un año de mi ingreso en el Centro Riera Major y todavía recuerdo el día de entrada, el fatídico día en aquellos momentos. Hubiera dado lo poco que me quedaba tanto material como personal para dar media vuelta.
Gracias a Dios y a la familia que me empujaron a hacer lo correcto me quedé y quizás ha sido la mejor decisión que he tenido en mis 54 años.
Cualquier cosa desconocida te da respeto al principio pero a las pocos días ya empiezas a darte cuenta de donde estas, a que has venido y lo que puedes lograr si te lo propones.
A nivel terapéutico quizás lo más importante lo aprendido es impagable ya que al trasladarlo a la vida normal te dan armas suficientes para luchar contra la maldita adicción.
El que tanto profesional como personal de educadores, terapeutas y demás trabajadores del centro te hacen más llevadero la estancia.
No os lo penséis, dar un paso hacia adelante y no es otro que ingresar para salir de este mundo oscuro en el que vive. Ellos te ayudaran.