En el Taller Sociolaboral estoy aprendiendo a controlar la impulsividad, a ser más útil, aprendiendo habilidades que yo no pensaba que tuviera, despertándome de un mal sueño que es el alcoholismo. Cada día cuando me levanto y voy al taller es una nueva oportunidad de ser una Irene mejor, más capaz de convivir feliz conmigo misma.